La pandemia causada por la COVID-19 trajo la suspensión de las clases presenciales en todos los niveles, pero esta situación no fue impedimento para que la docente de educación inicial, Erika Villanueva Rondón, visitara a cada uno de sus alumnos, sin importar qué tan lejos se encontraran, ni qué tan difícil fuera llegar a sus domicilios.
“Sentía que debía hacer algo, es por eso que decidí visitar a cada uno de mis niños para decirles que su maestra estará siempre con ellos. En cada visita les dejaba un mensaje de alegría, calma y esperanza, con la promesa de que todo pasará y de volvernos a encontrar para darnos un abrazo fuerte y caluroso”, recuerda Villanueva Rondón.
La iniciativa de la egresada de la Universidad César Vallejo, consistía en visitar una vez por semana a cada uno de los estudiantes en sus casas, llevando las tareas que los niños debían desarrollar durante las clases. Asimismo, les entregaba premios para reconocer y reforzar el esfuerzo en sus estudios y en el cumplimiento de las medidas de bioseguridad.
“Cuando los visitaba llevaba un letrero que decía: ‘Dios nos ama, ¡confía! Papitos, gracias por el apoyo en casa. Los quiero mucho’. En algunas ocasiones compraba alcohol en gel y spray, así como mascarillas, y se los entregaba a los niños que se mostraban tristes. También les daba un diploma reconociendo el esfuerzo de cada niño por sus estudios, y de paso fortalecía el cuidado que debemos tener frente a la COVID-19”, señala la maestra.
Reconocen su esfuerzo
La docente de la Institución Educativa “Rosfran”, del distrito de Puente Piedra, quien realizaba las visitas diarias a bordo de su motocicleta, jamás pensó que este gesto le daría alguna retribución. Lo hacía simplemente por amor a su trabajo y por el cariño a sus pequeños, quienes en su mayoría provienen de zonas alejadas y barrios de escasos recursos.
Pero pronto su iniciativa sería reconocida por el Ministerio de la Mujer y Poblaciones Vulnerables (MIMP), que el pasado 30 de diciembre, a través de la Resolución Ministerial N° 334-2020 le otorgaría la Orden al Mérito de la Mujer, “en mérito a la actividad destacada en el desempeño de su labor como docente de educación básica regular en la emergencia sanitaria”.
La profesora, sin embargo, no se siente como la única merecedora de este reconocimiento, y asegura que su esfuerzo se pudo concretar gracias al apoyo de los padres de familia, con quienes coordinaba cada visita, tomando siempre en cuenta los cuidados de bioseguridad. “Sabía que mis niños estaban bien, aprendiendo, yendo por buen camino, y esto gracias al trabajo de amor que realizaba cada padre. Desde el inicio apoyaron la idea y sin ellos no se hubiera podido concretar”, resaltó.
Recuerda que los niños y los padres de familia la recibían siempre con una gran sonrisa, y agradecidos por llevarles unas palabras de aliento. A ellos, a sus alumnos y a sus familias les dedica este reconocimiento y se compromete a seguir entregando lo mejor de sí en pro de la educación inicial del país.
“Tengo veinte años de servicio y hoy estoy muy contenta, recibiendo este reconocimiento a través del MIMP. Yo creo que es un esfuerzo de todo docente el poder transmitir lo mejor de nosotros a nuestros niños. Mi compromiso es seguir enseñando, seguir esforzándome, seguir trascendiendo, llevando mi mejor motivación por mis niños, seguir llevando la enseñanza. Ese es mi compromiso hoy en día”, declaró tras recibir la conde