Fernando Bartra Encinas abrió las puertas del mundo a los once años. “Se me prendió la chispita por aprender idiomas”, recuerda. Hablaba español y por el amor a su mamá, indígena de la comunidad Alto Aruya, provincia de Atalaya, junto al río Ucayali, conoció la lengua ashéninka. Y de forma autodidacta, a nivel básico, aprendió portugués, italiano, alemán, francés e inglés. El año 2020, la institución educativa Eslövs Folkhögskola de Suecia lo invitó a ese país para difundir la rica cultura peruana.
Era la segunda vez que viajaba a Europa. La primera vez llegó a Suecia gracias a una pasantía que ganó en 2019, al ser uno de los primeros puestos de la carrera de Educación Primaria Bilingüe en la Universidad Nacional Intercultural de la Amazonía (UNIA). Además, cumplía con los siguientes requisitos: ser miembro de un pueblo indígena y hablar inglés.
Aunque no ha estudiado inglés de manera formal ni ha sido evaluado, su solvencia con esta lengua le ha permitido cumplir el nivel de intérprete en este viaje de intercambio, junto al docente de la Facultad de Educación Intercultural y Humanidades de la UNIA, Carlos Manuel Zacarias Mercado. “Fernando tiene un dominio del inglés que es impresionante y que ha aprendido en corto tiempo. Gracias a él, he podido comunicar en Suecia sobre interculturalidad”, explica el profesor.
Fernando empezó leyendo todo el libro del curso inglés que le dieron en primero de secundaria. Ese mismo año, pidió que le dieran los de segundo, tercero, cuarto y quinto. Luego, buscó tutoriales, videos y textos como El Principito. “Mi pronunciación no era tan buena pero sí mi gramática. La primera vez que viajé a Suecia pude mejorar mi nivel de comprensión. La segunda vez mejoré mi forma de hablar, porque me vi obligado a hacerlo al ser interprete, tenía que defenderme”, dice.
El talento ganó, por sus méritos, la Beca Permanencia del Programa Nacional de Becas y Crédito Educativo (Pronabec) del Ministerio de Educación en 2019. “Fue una gran ayuda, porque en 2020 inició la pandemia y nosotros nos quedamos sin poder salir de Suecia. Justo empezaron a cerrar fronteras cuando nos tocaba volver. Dos semanas después regresamos en un viaje humanitario y en Perú tuvimos que hacer cuarentena, y luego esperar por un bus humanitario para llegar a Ucayali.
La beca me sostuvo en todo este tiempo”.
Fernando hizo muchos amigos en Suecia. A ellos llevó sus experiencias y conocimientos sobre las culturas indígenas del Perú, en especial la suya, la cultura ashéninka, con la que se identifica plenamente, y junto con ellos reforzó sus conocimientos sobre interculturalidad: “Mi aprendizaje de toda esta experiencia es que debemos ser tolerantes con las personas de diferentes culturas. A veces nos dejamos llevar por los prejuicios debido a la ignorancia”.
La frase que más recuerda de El Principito y que leyó no solo en español, sino también en inglés y portugués es: “lo esencial es invisible a los ojos”.
Fernando convivió en Suecia no solo con europeos, también con estudiantes musulmanes, iraníes y de otras regiones del mundo. De ellos, de sus formas distintas de comportarse, y hasta de vestirse, aprendió a valorar las diferencias.
“Cuando uno se encuentra con alguien diferente puede ver su propia diferencia. Aprendí a apreciar esto porque solo así te puedes ver a ti mismo. Mi mensaje es que debemos respetar y tolerar nuestras distintas culturas, porque esto nos enriquece y nos hace únicos”, resalta el joven talento.
“A Fernando lo quieren mucho en Suecia. Él sigue aprendiendo otros idiomas. ¡Escribe muy bien! Y tiene toda una producción de relatos de los sabios del pueblo ashéninka. Nosotros vamos a realizar un documental en video sobre esta experiencia, donde se le puede ver a él, hablando de las riquezas culturales del Perú”, nos adelanta Carlos Manuel Zacarias Mercado, el docente de la UNIA que vivió, junto al joven talento, esta gran aventura de conocer otras realidades y afianzar su