Opinión
Sociólogo Jaime Antezana
Keiko 21.5% y Castillo 41.5: La derrota del Narcoestado fujimorista.
La encuesta del IEP a adelantado, por decirlo de alguna manera, la segunda vuelta. Las cifras parecen indicar claramente eso.
En ella Pedro Castillo tiene 41.5% y Keiko Fujimori con 21.5%, es decir, que Castillo aumentó la distancia de un 20% sobre Fujimori.
Esa diferencia casi imposible de revertir, nos pone ante un hecho impensable hace menos de un mes: el triunfo de Castillo en segunda vuelta.
Más aún, de acuerdo a las tendencias, un triunfo que el próximo 6 de junio puede ser aún mayor (quizá por 60% sobre 20%). Es probable. No sé puede descartar.
Si la diferencia del 11% de Ipsos y el 15% de Datum ya se presagiaba que Castillo ganaría la segunda vuelta. Ahora, con el 20%, es casi ineluctable.
En esa línea, la suerte del fujimorismo y del Narcoestado o narco-corrupto que este encarna parece echada. Los datos de las encuestas así lo indican.
Para decirlo en redondo, estamos ante un triunfo adelantado de Pedro Castillo. Algo similar a lo que pasó en 1985, cuando Alan García ganó la primera vuelta a Alfonso Barrantes.
Ni todo el “terruqueo”
(Castillo es del Movadef, es “terrorista), la “chavinizacion” (nos va convertir en Venezuela) y representa al “comunismo” servido.
Al contrario, pese a esa campaña y a Cerrón y sus expropiaciones, sus estatizaciones y un “marxismo leninismo mariateguismo” ecléctico y desfasado, siguió creciendo
Lo inmunizo. Tiene un “efecto teflón” que las derechas, los grupos económicos, su maquinaria mediatica y Mario Vargas Llosa no entendieron.
Llegados aquí, y viendo el empate en su principal plaza, Lima, y la perdida de sus plazas en el norte (Ancash, Piura, etc) seguirá Keiko Fujimori hasta el segunda vuelta del 6 de junio.
Se atreverá a proseguir la campaña en la que, como su padre Alberto Fujimori el 2000, cosechará el repudio popular e irá a las urnas el 6 de junio exponiéndose a un derrota abrumadora por tercera vez?
Es probable que lo esté evaluando. O invitará el gesto de Barrantes de renunciar a la segunda vuelta. O, como advirtió Mario Vargas Llosa, optarán por el golpe.
Aceptar una derrota anticipada no está lógica en el fujimorismo, menos de la vertiente keiskista. Las opciones son dilematicas y no se puede descartar que pateen el tablero democrático.