El dolor de un pueblo que llora por la muerte de Liams y espera no quede impune

Un angelito en el cielo. Ayer fueron sepultados los restos del niño Liams, el menor que fue asesinado con una bala perdida el sábado 4 de diciembre en su domicilio ubicado en la calle San Andrés n.º 762, del centro poblado de Miramar, en el distrito de Moche.

El pequeño cuerpecito fue llevado en su ataúd en medio de una multitud de acompañantes hasta el cementerio general del centro poblado de Miramar.

Su padre Ángel Ricardo Loyola Pulido (34), quien es chofer de carga pesada, comentó que su hijo estaba contento porque el otro año iba a empezar sus clases presenciales. “Me decía: papá, ya voy a empezar a estudiar para que me compres mis útiles”, contó muy consternado.

Señala que su hijo iba a hacer su fiesta de promoción del nivel inicial y el otro año iba a empezar en el nivel primario.

“No le dejaron ni que haga su fiesta de promoción a mi hijito, me lo arrebataron de la noche a la mañana, saliendo de la puerta de mi casa”, agregó muy compungido. Lamentablemente no estamos seguros ni en la puerta de la casa, en cualquier momento nos disparan sin explicaciones”, indicó.

A Liams le gustaba el futbol. “Yo recuerdo que hace una semana lo llevé  al gras sintético que inauguraron hace poco en el barrio y le gustaba practicar el futbol, es surdo y tenía dotes para deportista” recordó Ángel Loyola.

El pueblo de Miramar llora por la muerte de Liams y espera que esto no quede impune y castiguen a los responsables.

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