De acuerdo con cifras del Ministerio de Educación, en lo que va del 2022 se han reportado 1922 casos de violencia escolar y, de ellos, 869 corresponden a violencia física, 674 a violencia psicológica y 379 a violencia sexual.
Para la doctora en Psicología y docente de la Universidad César Vallejo (UCV), Juana Dioses Rizzi, estas preocupantes cifras son resultado, principalmente, de la no ejecución de la Ley Antibullying, la cual exige desde el 2011 que haya un psicólogo por colegio.
“Han pasado diez años ya desde que se reglamentó y aún no han sido implementadas plazas permanentes, orgánicas, que impliquen que el profesional en psicología pueda participar desde la elaboración de los documentos de gestión como el reglamento interno, la difusión de los protocolos de actuación frente a la violencia y aplicar estrategias de promoción de una sana convivencia en todos los entes de la comunidad educativa”, explica.
Asimismo, sostiene que debe haber un nivel de trabajo intersectorial para que este problema se pueda enfrentar desde distintos ministerios y entidades del Estado.
“En principio, la voluntad política de hacer que se implementen dichas plazas, pero de manera sostenible con presupuesto real. El Ministerio de Educación contrata psicólogos y especialistas en convivencia, en modalidad CAS, como profesionales sin título pedagógico, con 40 horas semanales por periodos en meses y con un sueldo que corresponde a un personal administrativo. Digamos que el sueldo es un poco más que el de un auxiliar de educación, para un profesional titulado, colegiado con especialidad en convivencia, como piden en los requisitos de las convocatorias; esto es una desvalorización del profesional psicólogo”, sostiene.
No obstante, agrega que otro factor también es la carencia de recursos humanos, la distribución de profesionales no es equitativa hacia los lugares más apartados de nuestro país. “No alcanzaría a cubrirse todos los colegios peruanos con un profesional en psicología. Entonces se requiere de políticas de Estado claras, precisas y que tengan en cuenta todos los factores, que permitan la permanencia de un profesional en psicología en condiciones equitativas a otros profesionales de la salud”, asegura.
*Cyberbullying y otros problemas en los escolares*
En otro momento, la docente de la Escuela de Psicología de la UCV advierte que, además del bullying, que ahora va acompañado o se ha convertido en cyberbullying, también hay estudiantes que sufren y atraviesan problemas de identidad sexual, de trastornos alimenticios y otros casos que deben ser atendidos por profesionales de la salud mental.
“Por todo ello, la figura del psicólogo educativo es un personal más de la institución educativa que ingresa a las aulas, identifica la problemática individual o grupal, coordina y planifica la tutoría con los docentes tutores; no es un profesional de escritorio o que se ubique en un lugar apartado, donde solo derivan a los “indisciplinados o problemáticos”, ese es un rol es desfasado, que muchas veces se les impone desde las autoridades que no tienen clara su labor”, asevera la especialista.