Un rumbo poco claro han tomado las investigaciones sobre el presunto secuestro del pastor Oswaldo Alva Polo registrado el pasado 1 de septiembre en el distrito de Huamachuco, provincia de Sánchez Carrión. En el plagio el también pastor Hilmar Manzanedo Bacilio fue baleado y la esposa de Alva Polo, Bacilia Gonzáles Acevedo, fue golpeada por los delincuentes.
De acuerdo a las pesquisas de los detectives de la oficina del Departamento de Investigación Criminal (Depincri) de Huamachuco, el escape del líder religioso de sus captores resulta algo inverosímil, por lo que han solicitado al Ministerio Público realice pericias con peritos especializados para establecer fehacientemente la forma y circunstancias de la fuga.
En el informe policial se lee que Alva Polo relató que estuvo en cautiverio con los ojos vendados y con grilletes de metal en sus manos, pero logró escapar por una ventana la cual es muy pequeña. Los agentes policiales consideran que es poco probable que alguien pueda salir por allí.
Además, al caer habría podido sufrir daños graves, ya que la ventana se encuentra a una altura de 2.5 metros de altura, pero el pastor no sufrió ninguna herida. Los detectives también detectaron que los adobes de la ventana y los palos que la rodean no presentaron huellas de haber sido movidos por la caída.
Serias dudas
Según la declaración firmada ante la Policía Nacional, el pastor Oswaldo Alva dijo: “aproveché un descuido y me escapé por el techo de una vivienda, donde me encontraba a manos de los captores. Me escapé porque me iban a torturar. Se salieron un ratito afuera, salí por el techo y me aventé”, contó.
Para muchos es algo complicado de creer y porque al ser encontrado, su vestimenta no revelaba haber pasado por maniobras de arrastre. Por eso los agentes policiales mostraron rostros escépticos durante la declaración. Es más, las dudas crecieron luego de ver cómo se presentó con total normalidad en la plaza de Shiracmaca tras su plagio.
Muchas fueron las teorías que surgieron tras el secuestro. Según el informe policial, Bacilia Gonzáles, esposa de Alva Polo, relató que este tenía problemas con Luis Reyes Ríos por el caso de ocho personas muertas en el interior de una bocamina en el cerro El Toro.
Culpó a minera
Por su parte, el líder religioso dijo que la empresa minera Summa Gold había ordenado su secuestro y que los hermanos Carranza Otiniano tenían motivos para atacarlo. Acusó sin fundamento alguno a la empresa, la cual primero emitió un comunicado para deslindar lo declarado por el pastor evangélico y luego lo demandó por difamación agravada.
Otras hipótesis también se manejaron como que los hijos de un tal Guillermo,ex socio de Alva Polo, posiblemente estaban cobrando una antigua deuda. Luego se dijo que un minero ilegal de Pataz había ordenado el plagio de Alva Polo y contratado los servicios del detenido Vladimir Ballena Rivera, quien fue recluido en el penal El Milagro luego de dictarse 18 meses de prisión preventiva en su contra. Ballena Rivera conocería a Alva Polo.
Su hija dijo también que el mensaje telefónico de los secuestradores, donde exigían diez millones de dólares por su rescate, se había borrado. Los agentes policiales no podían entender el cambio de rumbo a partir de sus declaraciones. Publicaciones en algunas redes sociales dan cuenta que Alva Polo se habría auto secuestrado.
Los agentes policiales todavía investigan por qué solo balearon a Manzanedo Bacilio, por lo que no se descarta un posible enfrentamiento personal. La esposa solo fue golpeada y salió a declarar a las pocas horas.
Se sabe que el pastor Manzanedo Bacilio fue trasladado a Lima, ciudad donde también viajó Alva Polo. La última información pública realizada por su hijo fue que su estado va mejorando. Los familiares, después de esta intervención, han preferido guardar silencio.
Hasta el momento no se tiene certeza si fue un secuestro real o un autosecuestro, hecho que resolverá las investigaciones de la PNP. Mientras tanto, Alva Polo tendrá que enfrentar su juicio por homicidio y supuesto ejercicio de minería ilegal durante los años que dirigía labores en predios de su propiedad en el caserío de Shiracmaca, Huamachuco.