Israel, con gran parte de su población inmunizada, dio hoy otro paso hacia la normalidad: los ciudadanos se pudieron quitar la mascarilla al aire libre tras un año de imponerse su uso obligatorio para contener el virus, y las escuelas reanudaron clase presencial a tiempo completo sin división en grupos reducidos.
Sin grandes restricciones, con una reapertura casi total y un ambiente que recuerda a los tiempos previos a la pandemia, muchos israelíes salieron hoy a la calle sin la mascarilla puesta, con el optimismo de sentir que siguen dejando atrás la pandemia tras una veloz vacunación que llevó a un descenso sostenido de la morbilidad.
Israel ya vacunó a más de 5,3 millones de personas con al menos una dosis de la vacuna y a casi 5 millones con ambas, lo que supone más de la mitad de su población, de unos 9 millones de habitantes.
La vacunación -una de las más rápidas del mundo- hizo caer en gran medida los contagios, fallecidos y pacientes en estado grave. En este momento solo hay unos dos centenares de hospitalizados en condición crítica, y los enfermos activos son poco más de 2.500.
Los contagios diarios también se han reducido: ayer se detectaron solo 85 casos nuevos, con un porcentaje de positivos del 0,8%, una cifra muy baja en comparación con el pico de más de 10.000 infecciones en 24 horas que el país registró a finales de enero.