La dura batalla de ser padre y estudiante a la vez

“A veces me siento desmotivado, pero mi hijo y esposa son la fuerza para seguir adelante, estudiar lo que me gusta y trabajar para sostenerlos”, cuenta Willy Jáuregui, un muchacho de 28 años que trabaja desde las 4 de la madrugada hasta las 9:30 de la mañana en el transporte de mercadería en Lima, y después empieza sus clases de Diseño Industrial en la Universidad Privada del Norte (UPN), siendo parte de millones de padres que mes a mes sacrifican su vida o duermen poco, y que hoy celebran su día.

Edison Gonzáles, otro estudiante de UPN en Diseño Industrial y capacitador de operadores de grúa, tuvo que modificar su trabajo de tiempo completo para desempeñarse como freelance y así seguir sus sueños, usó parte de sus ahorros para pagar la universidad.

No hay que tener miedo, debemos arriesgarnos y luchar por lo que nos apasiona, yo visiono ver mi título y ser un ejemplo para mi hijo, motivarlo a mejorar, educarse, ser profesional y seguir sus sueños”, dice.

Para ambos estudiantes y padres es muy importante la organización de sus tiempos, de modo que cumplan con las tareas universitarias y las obligaciones laborales, sobre todo en Lima con su caos y los riesgos de contraer el COVID-19. Willy, por ejemplo, empezó a trabajar como taxista, pero debido al riesgo de contagio del virus decidió dejarlo. Edison resumen su vida así: Muchas veces soy quien intenta poner calma y fortaleza en casa, trato de dar seguridad a mi familia”.

Ambos cursan su segunda carrera en UPN luego de darse cuenta de que su verdadera vocación era otra. “Acabé mi primera carrera a los 19 años, empecé a trabajar en metalmecánica, tuve mi hijo y luego me di cuenta que me apasionaba el Diseño Industrial. Tuve que arriesgarme para seguir mi sueño, renuncié y busqué un trabajo más flexible, sabía que sería difícil y tendría muchas responsabilidades, pero era lo que deseaba”, explica Willy.

Llevar una vida de padre, ser estudiante y trabajar en medio de la pandemia quizás es una de las situaciones más difíciles en la actualidad. “Es complicado, pero no imposible, me organizo y priorizo algunas responsabilidades para cumplir con mi trabajo, carrera y como padre. Me turno con mi pareja para ver la casa y a nuestro hijo que lleva clases virtuales”, narra Edison.

Aunque también hay sueños frustrados. Willy cuenta que, previo a la llegada del COVID-19, generó, junto a su pareja, la idea empresarial de importar productos de Italia. “Mi pareja viajó con mi hijo allá, porque tengo familia en ese país, y justo inició la pandemia, así que hasta el momento no puede regresar a Perú, tenerlos lejos es muy doloroso”.

Las historias de Willy y Edison son el reflejo de la vida de los estudiantes que salen adelante pese a las limitaciones. Antes de proseguir con su trabajo, Willy añade:

El único que se pone límites es uno mismo. Quiero demostrarle a mi hijo que todo es posible.

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